Tuesday, July 28, 2015

Hasta la Cuarta Generación

Una señora de Mayo compartía conmigo sobre la tradición religiosa que tienen en su país. Si los hijos se juntan con su pareja (no se cansan por la iglesia) los padres no pueden ir a comulgar. Tan sencillo como se dice. Le toca a los padres ir a confesar el pecado de su hijo antes de poder ir a recibir la comunión. Yo me caí para atrás. !Que disparate tan horrible! ¿A quién se le ocurre semejante idea?

Estaba leyendo la primera lectura del día de hoy. Interesante! "Dios es bueno y compasivo, rico en misericordia... castiga hasta la cuarta generación a aquellos que son culpables." WOW.

Volviendo a la señora. Pienso que se nos ha quedado impregnado en todo nuestro ser cultural la idea del Dios castigador, del Dios que está buscando cómo hacernos pagar el mal que hemos hecho, del Dios que no se olvida de ninguno de nuestros errores... hasta la cuarta generación...
!Que triste!

Traté de tranquilizarme al continuar la conversación con la señora. "El pecado es de cada persona, le compartía. Los padres no tienen nada que ver con el pecado que llevan sus hijos." Me miraba con aquella cara de confundida: ¿será verdad?

Me parece que se nos olvida la imagen que presenta Jesús de un Dios cercano y atento a cada hijo. En el Evangelio Jesús toma su tiempo para explicarle a los discípulos lo que la parábola quiere decir. Aunque era un tema difícil el que presentó, lo hizo con gran amor- cara a cara (como dice la primera lectura). Contacto personal.

Nuestra misión como cristiana, como misionera, como claretiana es compartir el amor de Dios. Trabajar hasta morir en enseñar a toda criatura la Ley Santa del Señor. Una ley de amor, de cercanía, de compasión, de misericordia. Una ley que mira y comparte cara a cara ...

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