A imagen de Jesús, el Hijo predilecto, a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo, también aquellos a quienes Dios llama para que le sigan son consagrados y enviados al mundo para imitar su ejemplo y continuar su misión. Esto vale para todo discípulo. Pero es válido en especial para cuantos son llamados a seguir a Cristo más de corca en la forma característica de la vida consagrada, haciendo de El el todo de su existencia. Vita Consecrata
"!Oh profetas santos!, fieles ministros enviados del
Señor y amantes de vuestros hermanos. Vosotros que al anunciar la voluntad de
Dios y procurar el bien de vuestros prójimos fuisteis el blanco de las
persecuciones de los malos, pero siempre constantes hasta sufrir la muerte, he aquí
lo que deseo tener: constancia y valor para sufrir y sobrellevar las
persecuciones, penas y trabajos de esta miserable vida sin desistir jamás del
camino de la virtud, procurando siempre la mayor gloria de Dios y la salvación
de mis prójimos. !Oh Jesús mío! dadme el celo y la perseverancia de los
profetas. 
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