Saturday, February 13, 2016

La Virgen de la Caridad: cubana y universal

El investigador cubano y coleccionista de la Virgen, Emilio Cueto presentó el tema: La Virgen de la Caridad en el Mundo, dijo que encontró más de 250 lugares en todo el mundo en donde hay presencia de la Virgen de la Caridad.
Fotógrafo: ROCIO GRANADOS | LVC
El investigador cubano y coleccionista de la Virgen, Emilio Cueto presentó el tema: La Virgen de la Caridad en el Mundo, dijo que encontró más de 250 lugares en todo el mundo en donde hay presencia de la Virgen de la Caridad.

El P. Jorge Catasus, quien se ha dedicado a recopilar la música a la Virgen de la Caridad presentó el tema: las composiciones musicales a la Virgen.
Fotógrafo: ROCIO GRANADOS | LVC
El P. Jorge Catasus, quien se ha dedicado a recopilar la música a la Virgen de la Caridad presentó el tema: las composiciones musicales a la Virgen.

Imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre en la Universidad St. Thomas durante la presentación, La Virgen de la Caridad: Historia y Devoción Popular.
Fotógrafo: ROCIO GRANADOS | LVC
Imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre en la Universidad St. Thomas durante la presentación, La Virgen de la Caridad: Historia y Devoción Popular.

La historia de los tres Juanes no es la única que existe sobre la Virgen de la Caridad, cuya identidad ha estado, desde el principio, vinculada al sentido de “la cubanía”.
Así lo dijo Olga Portuondo Zúñiga, escritora e historiadora cubana no católica, y una de los tres ponentes del evento “La Virgen de la Caridad: Historia y devoción popular”, organizada por la Universidad St. Thomas, el 23 de enero.
Portuondo habló junto con el investigador cubano Emilio Cueto, coleccionista especializado en la Virgen, y el P. Jorge Catasús Fernández, compositor e intérprete de música dedicada a la Virgen de la Caridad.
El interés de la universidad es “promover todo lo que esté relacionado con nuestros orígenes en Cuba y específicamente en relación con la Iglesia en Cuba”, dijo la Hna. Ondina Cortés, claretiana y profesora de teología práctica en St. Thomas, quien ayudó a organizar el evento.
“El proceso de formación del culto de la Virgen de la Caridad tiene algo excepcional con respecto a otras historias de formación de cultos marianos”, dijo Portuondo. “Hemos seguido ese proceso a través de documentos que nos dicen cómo ha ido variando, y cómo se ha ido haciendo complejo en relación con el mismo criterio de identidad y sentido de patria que existe en nuestro país”.
Portuondo, doctora en ciencias históricas por la Universidad de La Habana y radicada en Cuba, publicó en 1996  la primera edición de su libro La Virgen de la Caridad del Cobre. Símbolo de cubanía. Dijo que sus más recientes investigaciones le han permitido ir a esos orígenes desde una nueva perspectiva.
Pero primero dio un repaso a las investigaciones ya conocidas, como la historia narrada por Juan Moreno en 1687, donde aparecen dos indios –los hermanos Hoyos, personajes reales–, y Moreno, en el relato de la aparición de la imagen flotando sobre las aguas de la Bahía de Nipe.
Gracias a Julián José Bravo ha quedado en la tradición que en la barca que navegaba en la bahía iban los tres Juanes, aunque originalmente uno de los indios era Rodrigo y el otro Diego. Pero con los cambios en la tradición oral, en la nueva versión escrita aparecen dos indios y Juan Moreno, todos con el nombre de Juan. Portuondo señaló que este hecho pudo haber sido el resultado de una influencia procedente de la historia sobre la Virgen de Guadalupe y el indio Juan Diego.
Las investigaciones de Portuondo llegaron a una cuarta versión. “Es la narración de los propios cobreros en 1781, en la que se habla de dos indios y dos negros, los que encontraron la imagen”.

Este último relato vincula la aparición del culto a la Virgen con la llegada de Cristóbal Colón a Cuba. Y la presencia de dos indios y dos negros pone en evidencia, desde el comienzo, la mezcla compleja que se genera en el poblado de El Cobre. Por la misma razón, se dice que se trataba de un barquito, y no de una canoa. Y ya no son indios que van a buscar sal, sino pescadores. Después, resulta que no es una imagen, sino una aparición de la propia Virgen.
“En esa versión, ninguno es Juan Moreno. Está en el Archivo General de Las Indias, pero lo que ha prevalecido es el otro relato, el de Juan Moreno”, dijo Portuondo.
El culto a una imagen de la Virgen María como Nuestra Señora de la Caridad del Cobre surge en el siglo XVI al norte de Holguín, donde se encontraba la mayor concentración de población aborigen de la región. Se asume que los indios cubanos le rindieron culto a la imagen de la Virgen de la Caridad de una manera semejante a aquélla en la que veneraban a sus ídolos, en su condición de madre protectora que representa a la tierra, que reproduce y establece el vínculo entre la vida y la muerte. En el Cobre se le llamó Caridad.
En 1599 se abren allí las Minas de Santiago del Prado y todo parece indicar que también el lugar tenía un sentido de culto para los aborígenes.
A finales del siglo XVII, los cobreros construyen un templo a la Virgen de la Caridad en el cerro de Cardenillo.
El prestigio de la Virgen de la Caridad se vincula a las luchas de los cobreros, durante siglos, por hacer valer sus derechos frente al gobierno colonial español Esto los vinculó con los criollos, primero, y después con los cubanos, como un elemento más de la cubanía. Extendiéndose hasta la época de la lucha por la independencia, la Virgen de la Caridad llega hasta el extremo occidental de la Isla con la devoción de los mambises.
Al finalizar su presentación, Portuondo señaló que “el culto a la Virgen de la Caridad es un culto popular, porque se forma a partir de la relación entre el aborigen, el español y el africano. La santería llega a la región oriental a partir de los años 30 del Siglo XX”.
Emilio Cueto, en su disertación “La Virgen de la Caridad en el mundo”, dijo que la Virgen de la Caridad “es uno de los fenómenos más cubanos que tenemos. Llegó a nosotros sin saber cómo”.
Una teoría es que la imagen cayó de un barco y flotó; otra dice que la imagen ya estaba en Cuba, y durante una tormenta fue lanzada al agua para apaciguar al mar. Es posible que la imagen fuera europea, aunque se encontró en ella pasta de maíz y otros vegetales indicativos del Nuevo Mundo. “En mis estudios, encontré que la [imagen de la] Virgen sufrió 8 reparaciones desde 1612”, dijo Cueto.
Cueto señala que, desde 1731, la Virgen de la Caridad puede encontrarse también fuera de Cuba. No llegó a La Florida en 1961, como se piensa, sino mucho antes. En una carta encontrada en 1738 en archivos de Georgia, se menciona a un indio de la zona de San Agustín, llamado Juan Ignacio, que tenía devoción por la Virgen de la Caridad. Y posteriormente, en 1878, se levanta un altar en la calle Duval, en Cayo Hueso, para servir a la comunidad tabaquera.

Cueto ha encontrado alrededor de 250 ciudades en el mundo en donde hay alguna presencia de la Virgen. En los Estados Unidos, la Virgen de la Caridad está en Washington, D.C., Nueva York, San Agustín, Georgia, Hawái, Nueva Jersey, Nuevo México y California, entre otros sitios. También se encuentra en Honduras, Colombia, España, Italia, Checoslovaquia y Brasil. Uno de los lugares más sorprendentes es Merilla, en África, a donde llegó en 1920.
Jorge Duany, director del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de la Florida (FIU), coauspiciadora del evento, dijo que la presentación de Portuondo “fue iluminadora.” Él ya había oído hablar de otras versiones, pero no tanto sobre la de los cuatro personajes,  dos blancos y dos negros. “Se ha ido transformando esa tradición oral y se ha ido haciendo más un reflejo de  la composición racial y étnica de Cuba, donde hay elementos indígenas, africanos y europeos”.
Por su parte, el P. Catasús, quien vive en Cuba, en su disertación titulada “La Virgen de la Caridad y la música cubana”, dijo que se ha dedicado a recopilar la música dedicada a la Virgen de la Caridad después de quedar impresionado con el canto fervoroso de un trovador octogenario, Juan Atencio, a quien conoció al regresar de sus años de ministerio pastoral en Guantánamo. Con él grabó una única pieza en la sacristía de su parroquia.
Destacó la importancia de los autores del exilio en la creación de música a la Virgen de la Caridad, entre ellos a Alfredo Morales, un gran compositor de música litúrgica.
La presentación sobre la Virgen de la Caridad se llevó a cabo en el marco de la exhibición “Latino Americana: 500 años de historia,” una exposición fotográfica por los 500 años de la presencia hispana en los Estados Unidos. Además, incluye la historia de la devoción a la Virgen de la Caridad en el Sur de La Florida a través de fotografías tomadas de los periódicos de la Arquidiócesis de Miami: La Voz Católica y The Voice (actualmente, el Florida Catholic).
La exposición “La Virgen de la Caridad, imágenes desde la Diáspora”, puede visitarse en el archivo y museo Archbishop John C. Favalora de la Universidad St. Thomas, de 10 a.m. a 6 p.m., de lunes a viernes, hasta mayo de este año. Para obtener más información, escriba a jroach@stu.edu, o llame al 305-628-6769.

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