Caminar por el parque ha sido uno de mis hobbies
favoritos. Sales de la casa, haces ejercicio y le dedicas un tiempo a
contemplar la naturaleza y el actuar de Dios.
Mientras caminaba uno de tantos días, recordaba el salmo
del día “Guíame, Señor, por tus senderos.” En ese caminar me encontré secciones
donde era difícil saber por dónde iba a
seguir la vereda. Me fastidiaba no saber. En el caminar con el Señor, muchas
veces me es difícil saber por dónde me
quiere llevar o por dónde debo pasar. Me fastidia tener que depender y confiar.
Lo que Dios le pide a Abraham: ‘Camina en
mi presencia y sé irreprensible’, es esto: esta paz. Ir bajo la inspiración del
Espíritu Santo y de esta sabiduría. Y el hombre y la mujer que caminan así, se
puede decir que son un hombre o una mujer sabios. Un hombre sabio y una mujer
sabia, porque se mueven bajo la inspiración de la paciencia de Dios”, dice el
Papa Francisco.
Caminar, confiar, estar en la presencia de Dios fue la
vida de la Virgen María. Me imagino que de vez en cuando se fastidió también. Sin
embargo, supo confiar en que la promesa del Señor se haría realidad. Supo dejar
que la inspiración del Espíritu Santo la moviera y la guiara. Supo abandonarse
en sus manos.
Creo que lo que me
queda decir es: Señor, permite que camine en tu presencia aunque me fastidie no
saber por dónde me quieres llevar. Permite que viva bajo la “inspiración de tu
paciencia” . Y que María, mi Madre, sea ese camino que me muestre el camino al
Padre.
No comments:
Post a Comment