Hoy recordamos a
John F. Kennedy, presidente asesinado hace 50 años.
Estaba en la
iglesia. Allí tenían la foto de la última vez que él fue misa antes de ser
asesinado.
Lo interesante
fue ver cómo la gente pasaba a mirar la foto. Miraban, pensaban, oraban y
continuaban.
Un momento.
Paran. Se olvidan del presente. Elevan
su oración al Padre (Madre) Dios. Y ya después… a caminar, a seguir la rutina,
el día, la jornada.
Me puso a pensar.
Y no pensaba tanto en Kennedy como personaje importante, sino en la gente. Ante
una realidad que les cuestiona, que les duele, que les penetra, deciden parar y
orar. Orar por el personaje (¿?) Puede ser. Orar por ellos mismos (¿?) Es
posible. Lo importante es que pararon.
Hay momentos en
que hay que caminar. Sin embargo, hay otros que es necesario parar y estar al
tanto de lo que la vida te va presentando.
Me parece que la
Virgen hizo eso mucho en su vida. Por lo menos, cada vez que el evangelio dice
que lo guardaba en su corazón, creo que dice que tomaba tiempo para parar el
ajetreo del día a día y le dedicaba tiempo a orar y a enterarse lo que estaba
sucediendo en su vida.
Mi oración.
Permite, Señor, que sepa parar y así poder mirar contigo.
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