Hola,
Manejando hacia
la casa, siempre hay algo que me entretiene o me llama la atención. Esta vez, entre el tumulto
de los carros, las luces de tráfico, la gente esperando, vuela un pajarito.
Vuela sobre los cables eléctricos, sobre los árboles, sobre todo lo que está pasando
en el momento. Y lleva un palito en el pico…
Palito.
Nido. Huevos.
Familia. Nueva Familia.
Esperanza. Ilusión. Futuro.
Tantas
cosas pasaron por mi mente. Hoy pienso en todo el ruido que había mientras aquella pequeña ave seguía su rumbo. Mientas el pajarito, con la rama en su pico, seguía enfocada en su meta, en su misión.
Pienso en el Papa, él está enfocado en mostrar el amor misericordioso de Dios a pesar de que todo lo que está a su alrededor expresa algo diferente.
Pienso en Semana Santa. Semana en que unos se enfocan en entender y vivir profundamente la entrega radical y amorosa del Señor por cada uno de nosotros y otros siguen su vida, sus ruidos, sus luces, sus quehaceres.
Pienso en nuestra Congregación, en nuestro caminar.
Al final, mi oración es, “Señor, que al igual que aquel pajarito, sepa enfocarme en lo que es importante. Que el ruido de la carretera, las luces del tráfico de la vida, el humo sofocante de los miedos y tantas otras cosas no me desvíen de lo que es tu voluntad, tu querer para mi.”
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