Hemos despedido a Mons. Agustín Román, obispo cubano y claretiano. Antes de comenzar su funeral hubo un silencio profundo, lleno de cariño, respeto, agradecimiento y dolor… Empezamos a oír las notas del canto a la Virgen Mambisa y todos cantamos unidos “que seamos hermanos” mientras entraba a la catedral la querida imagen que Monseñor cuidaba en la Ermita y que ahora lo venia acompañando a él. La emoción era fuerte porque muy dentro sentíamos el amor de este buen pastor y padre espiritual del pueblo cubano en el exilio, por cada uno de nosotros, por la Iglesia y por la patria que sufre. Agradecemos a Dios por su vida que fue testimonio profético como evangelizador, maestro y servidor para los necesitados por quienes se entregó hasta el final con el fuego de “la caridad de Cristo que urgía en su corazón”. Especialmente damos gracias por el sacrificio ofrecido de no poder volver a Cuba otra vez. Por medio de él, la devoción a la Madre de la Caridad nos ha mantenido firmes en la fe cristiana y unidos a ella hemos podido conservar nuestra identidad como pueblo cubano. ¡Gracias, Señor! Elisabet
Friday, April 20, 2012
Thursday, April 19, 2012
Carolina and Ivette
Hello, sisters in Christ. Happy Easter
The Lord has risen and with Him our renewed desire to give ourselves totally to Him and to be fully available to his will.
My name is Ivette. I was born in Venezuela with Cuban roots. I am 24 years old. On the feast of the Annunciation I joined this Congregation in Miami. I am extremely happy and excited to live in this community and to have the opportunity to be an instrument in God’s hands. As Pope Benedict XVI says, “there is no greater joy than to know Christ and to make Him known to others.” Sisters, please keep me in your prayers that I may remain open to His will, grow in love and are always faithful to His call. Love you all. Ivette
Sunday, April 15, 2012
Monseñor Román: Testigo de la bondad de Dios

Los caminos de Dios son interesantes, yo conocí a Claret por Monseñor Román dos años antes de conocer a las Claretianas. En la celebración de la Virgen de la Caridad de 1973 en el Marine Stadium pidió a los jóvenes que ayudaran a repartir las estampas de un santo "cubano." Pero no era sólo repartir, había que conocer la vida del santo por si la gente nos preguntaba quién era. Así que con mis amigas nos reunimos a memorizar los datos de su vida, por si acaso...Dos años después el 22 de septiembre de 1975 conocí a las Claretianas y desde el primer momento supe que Dios me quería Claretiana, me faltaban 5 días para cumplir 15 años.
Por el también conocí y empecé a amar a la Virgen de la Caridad, patrona de Cuba. Esto afianzó mucho mi identidad cubana y el amor a la patria, pues el reunía esa doble dimensión: hombre de Dios y cubano.
Para mi en estos momentos lo que más me reta de la vida de Mons. Román es su bondad. Se exigia tremendamente en todo, sin mucho alarde, pero con los demás era paciente y compasivo. Nunca lo vi enfadado y trabajé bajo su supervisión varios años cuando era Vicario de Servicios Pastorales. Sus evaluaciones anuales -que la Arquidiócesis le exigía que nos hiciera- eran sumamente benéficas. Todos los días iba de oficina en oficina, "Hermana, cómo están los jóvenes?" Cuando no te encontraba en la oficina dejaba una galletica o dulce para que supieras que había pasado, a veces sobre documentos que quedaban manchados con las galleticas... por lo cual le pusimos un platico para este fin.
La casa de Román estaba dentro de la propiedad del Centro Juvenil y siempre pasaba a saludar a los jóvenes a veces bien tarde en la noche cuando terminaba su apostolado...de ahi a veces se iba al hospital a visitar a algún enfermo. No descansaba, pero por mucha actividad, nunca dejaba la oración. Veíamos su capilla encendida tarde en la noche, lo veíamos rezar el rosario temprano en la mañana.
Gracias Monseñor por todo el cariño que has dado a los jóvenes y a las Claretianas en particular. Hasta el cielo!
Sister Chiqui
Saturday, April 14, 2012
MIS RECUERDOS DE MONSENOR ROMAN
La primera vez que tuve la oportunidad de verle y de hablar con el, fue a los pocos dias de nuestra llegada a La Florida a la Mision Nuestra Senora Reina de la Paz. Recuerdo que fuimos a Miami para conocerle. Tenia una oficina bien pequenita, sencilla, pobre. Desde ella se podia contemplar la hermosa bahia de Miami. Nos dijo que el Obispo le habia dado el terreno y le habia encargado que hiciera un santuario a la Virgen de la Caridad, Patrona de Cuba.
Pasado el tiempo cuando vemos la Ermita como esta ahora, parece imposible que empezo, podriamos decir de la nada. Por lo que el ha contado alguna vez fue con el dinero pequeno del pueblo sencillo, centavo a centavo.
Tengo muchos otros recuerdos de un amigo y hermano, de un hombre tan santo. En los encuentros regionales de Pastoral Hispana, alla estaba el, con su sentido del humor, su alegria, su esperanza inquebrantable.
Lei una vez en un documento de los Obispos de Estados Unidos sobre el ministerio de carceles, que un obispo habia visitado una carcel donde habia unos presos grandemente peligrosos. Algunos de los cuales estaban aislados y lo unico que se oia de aquella parte era palabras feas, violencias. Los mismos guardias les tenian miedo. El Obispo quiso entrar, le dijeron que no fuese a esa parte, que era peligroso, incluso para su vida . De todas formas quiso entrar y dice el mismo documento que aquellos hombres que blasfemaban, se burlaban, tenian violencia, poco a poco se fueron tranquilizando y escuchando a aquel sacerdote sencillo, pequeno, pero con una gran personalidad que rebosaba amor. Al terminar el relato decia: este obispo era Monsenor Roman.
En muchos acontecimientos nuestros de las Claretianas ha estado presente con un carino incondicional, un respeto grandisimo, y siempre una palabra de estimulo para la evangelizacion.
Cuando recibi la noticia de su fallecimiento no fui capaz de ponerme triste, pues nuestro querido hermano ya llego a la presencia del Senor al que tanto amo, ha visto a la Virgen a la que tambien siempre amo y se ha encontrado cara a cara con Claret, que fue siempre su modelo para su mision de Obispo. En nuestra primera entrevista nos dijo que cada noche leia dos puntos de la Autobiografia de Claret. Segun parece a todo sacerdote que se acercaba a el para consejo y ayuda le recomendaba lo mismo. Al conocer a Maria Antonia tambien la incluyo en el carino que tenia a Claret.
Monsenor Roman, como te llamabamos con carino, gracias por todo cuanto nos has dado, gracias por cuanto has dejado en mi vida, gracias porque la muerte se hace mas agradable al pensar que estas en la casa del Padre y que alla te encontraremos cuando lleguemos nosotros tambien.
Intercede por nosotras, las Claretianas, pidele al Senor nuevas vocaciones para la Congregacion, para nuestra pequena Delegacion. Cuida tu con tu carino de hermano a Yvette y Carolina que acaban de entrar en nuestra familia. Regina
Subscribe to:
Posts (Atom)