Los otros días iba de regreso a mi casa después de las mañanitas a la Virgen de Guadalupe. Frente al Intracoastal, el mar, habían tres hombres pescando. Me encantó verlos a los tres con las varas en el agua y ellos en toda una conversación. Sí, estaban pendientes de su varita y de la pesca, pero se dieron el lujo de compartir, de hablar, de decirse.
Claro. ¿Qué quiere decir eso? O ¿Por qué me llamó la atención?
De pronto en la tarea de “Pescadores de Hombres (mujeres)” es necesario compartir. Sí, estar pendiente de lo que se está pescando, pero en el camino, compartir lo que se está viviendo, lo que se está experimentando, lo que nos está retando. Y quizás así la tarea, la evangelización, la misión se hace mucho más llevadera.
Lo interesante de esos tres hombres es que se llevan su silla, su sombrerito y una neverita para pasarse la mayor parte de la mañana en esa tarea. Ellos saben que les va a llevar tiempo.
Va a requerir tiempo y dedicación.
El Papa nos invita a la evangelización. O más bien, nos recuerda que nuestra misión es evangelizar. Nos llama a buscar medios creativos para llevar el Mensaje a todos, “en la práctica, no en la doctrina”.
Me gustó la comparación de los pescadores y el evangelio. Hay que hacer el evangelio vivo en nuestro diario vivir. Esto es un proceso.
ReplyDelete